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La jerga corporativa que rodea al acuerdo de AsociaciĆ³n TransatlĆ”ntica para el Comercio e Inversiones (TTIP/ACTI) pregona que trata de “proteger” la  inversiĆ³n, reduciendo las “innecesarias” barreras ” y armonizando las regulaciones que supuestamente impiden el libre comercio entre los EE.UU. y la UE.
En principio, el concepto de que el comercio sea libre y justo suena ideal. Pero, en todo el mundo, el paradigma ideolĆ³gico dominante permite poco margen para ello. Los mercados estĆ”n amaƱados [1], los precios de los productos son manipulados [2] y las naciones son coaccionadas [3], desestabilizadas [4] o atacadas [5] con el fin de que los potentes jugadores ganen el acceso a los recursos y mercados.
El 11 de octubre, mĆ”s de 400 grupos de toda Europa se lanzaron a las calles para manifestarse en contra del TTIP, que acaba de terminar su sĆ©ptima ronda de conversaciones en Washington. Mientras que algunos grupos son acusados ​​por los partidarios del TTIP de ser impulsados ideolĆ³gicamente en su oposiciĆ³n, no es la ideologĆ­a lo que impulsa esta oposiciĆ³n. Es el escepticismo y la desconfianza alimentada por las prĆ”cticas y acciones de las poderosas corporaciones que prevalecen asĆ­ como su marca ideolĆ³gica del neoliberalismo y la privatizaciĆ³n desenfrenada.  Resulta sospechoso el secretismo y la falta de transparencia en torno a los combustibles dentro del TTIP. ¿Al pĆŗblico no se le ha permitido saber quiĆ©n establece la agenda para las negociaciones o quĆ© es lo que se estĆ” negociando supuestamente es nuestro nombre?
Se espera que el pĆŗblico aguante y calle y lo deje todo para los expertos: los funcionarios de la UE con sus profundos conflictos de interĆ©s [6,7,8] y las grandes empresas (lĆ©ase lobbismo). Ha sido principalmente a travĆ©s de documentos filtrados y el recurso a la libertad de informaciĆ³n de cĆ³mo el pĆŗblico ha adquirido una idea de la naturaleza de las negociaciones.
Los orĆ­genes de la TTIP y la falta de transparencia
El acuerdo fue planeado por el “Grupo de trabajo de alto nivel sobre Empleo y Crecimiento» (HLWG, High Level Working Group on Jobs and Growth), que fue creado en 2011 y presidido por el Comisario Europeo de Comercio, Karel De Gucht y el entonces representante comercial estadounidense, Ron Kirk [9]. En su informe final, el Grupo no sĆ³lo recomienda entrar en las negociaciones, sino que tambiĆ©n entrĆ³ en algunos detalles en cuanto a lo que se debe poner sobre la mesa, con el objetivo de largo alcance de avanzar hacia un “mercado transatlĆ”ntico”.
Cuando se le preguntĆ³ acerca de la naturaleza del grupo, la ComisiĆ³n Europea (CE) dijo que no tenĆ­a miembros identificables y afirmĆ³ que “varios departamentos” han contribuido a la discusiĆ³n y a los informes del grupo. Incluso afirmĆ³ que no habĆ­a ningĆŗn documento que contuviera la lista de los autores de los informes. A la peticiĆ³n del Corporate Europe Observatory (CEO) para que revelara los miembros/autores del informe, recibiĆ³  la respuesta: ” Lamentablemente (la CE) no estamos en condiciones de ofrecerle la informaciĆ³n solicitada”. [10]
El CEO argumentĆ³ que el grupo debe estar sujeto a los requisitos de transparencia establecidos en las normas de la CE sobre “grupos de expertos”, incluida la transparencia de quienes participaron.
Cuando se le preguntĆ³ acerca de la “experiencia externa”(como la CE lo llamĆ³) que habĆ­an influido en los informes elaborados por la HLWG, al CEO se le dijo que la evaluaciĆ³n del impacto del acuerdo comercial UE-EE.UU propuesto contenĆ­a un resumen de las pruebas periciales reunidas desde su inicios. El CEO tambiĆ©n fue dirigido a la pĆ”gina de la ComisiĆ³n para las consultas pĆŗblicas, donde se afirma que mĆ”s del 65 por ciento de la entrada a las dos primeras consultas sobre el proyecto de acuerdo UE-Estados Unidos provenĆ­a de empresas y asociaciones de la industria.
El Comisario Europeo De Gucht afirmĆ³ que “no hay nada secreto” sobre las conversaciones en curso. En diciembre de 2013, en una carta publicada en The Guardian [11], argumentĆ³ que “las negociaciones sobre la AsociaciĆ³n TransatlĆ”ntica para el Comercio e Inversiones estĆ”n completamente abiertas al escrutinio”.
Si ese era el caso, ¿por quĆ© entonces fueron fuertemente censuradas las notas de las reuniones de la ComisiĆ³n con los grupos de presiĆ³n empresariales (lobbies) que le fueron entregadas al Corporate Europe Observatory (CEO) bajo ley de libertad de informaciĆ³n de la UE? [12]
Al pĆŗblico no se le permite conocer las posiciones mantenidas por la UE (a diferencia de los intereses comerciales) en estas conversaciones, a quienes se le estĆ” dando acceso es a los que  estĆ”n presionando en nombre de esos intereses comerciales. Perogrulladas altruistas que se refieren a la protecciĆ³n de la integridad de la industria y la naturaleza sensible de las negociaciones se han utilizado en un intento de subvertir la democracia, evitar el escrutinio pĆŗblico y asegurar las continuas posiciones privilegiadas y la influencia de las grandes empresas en las conversaciones que se han celebrado. Los argumentos que se utilizan para justificar el secreto fueron velados como sutiles disfraces para tratar de engaƱar a la opiniĆ³n pĆŗblica en la aceptaciĆ³n de la legitimidad de estas negociaciones sin preguntar.
Los documentos recibidos por el CEO mostraron que los funcionarios de De Gucht invitaron a la industria a presentar listas sobre “las barreras reguladoras que les gustarĆ­a que fueran retiradas durante las negociaciones”. Sin embargo, no hubo manera de que el pĆŗblico supiera cĆ³mo la UE incorpora esto en su posiciĆ³n de negociaciĆ³n ya que se habĆ­an eliminado todas las referencias.
El CEO recibiĆ³ 44 documentos sobre las reuniones de la CE con los lobbies de la industria como parte de los preparativos para las negociaciones comerciales UE-Estados Unidos. La mayor parte de los documentos, publicados como resultado de una solicitud basada en la libertad de informaciĆ³n (FOI), eran informes de la reuniĆ³n elaborados por funcionarios de la ComisiĆ³n.
Los documentos tardaron en llegar casi diez meses despuĆ©s de la solicitud presentada y 39 de los 44 documentos fueron fuertemente censurados. Los documentos cubren sĆ³lo una fracciĆ³n de las mĆ”s de 100 reuniones en las que los funcionarios de De Gucht tuvieron con los grupos de presiĆ³n de la industria en el perĆ­odo previo al lanzamiento de las negociaciones con respecto al TTIP.
¿Por quĆ© no habĆ­a notas sobre las reuniones a puerta cerrada con los cabilderos corporativos de, por ejemplo, la CĆ”mara de Comercio de EE.UU., la FederaciĆ³n de la Industria Alemana BDI, los lobbies quĆ­micos CEFIC y VCI, coaliciĆ³n de la industria farmacĆ©utica EFPIA, DigitalEurope, el Consejo Empresarial TransatlĆ”ntico, industria de armamentos ASD, la AsociaciĆ³n de Banqueros BritĆ”nicos y corporaciones como Lilly, Citi y BMW?
En los 39 documentos que fueron “parcialmente liberados”, grandes piezas de texto (“no liberables” o “no relevante”) habĆ­a sido ocultadas. En muchos casos, se han eliminado las partes del texto porque contenĆ­an las opiniones de los grupos de presiĆ³n de la industria “en aspectos particulares de las negociaciones comerciales entre la UE / Estados Unidos”. “La liberaciĆ³n de esta informaciĆ³n podrĆ­a tener un impacto negativo en la posiciĆ³n de la industria”, argumentĆ³ la comisiĆ³n. No queda claro por quĆ© las opiniones de los grupos de presiĆ³n deben estar ocultos del escrutinio pĆŗblico.
La ComisiĆ³n tambiĆ©n habĆ­a eliminado todos los nombres de los grupos de presiĆ³n a partir de los 44 documentos argumentando que ” su divulgaciĆ³n perjudica a la protecciĆ³n de [...] la privacidad y la integridad de la persona”. SegĆŗn el CEO, se trataba de una absurda lĆ­nea de argumentaciĆ³n ya que eran cabilderos profesionales que no estĆ”n actuando a tĆ­tulo personal.
 Lo que realmente quieren las empresas
A pesar de estar fuertemente censurados, los documentos muestran claramente que la eliminaciĆ³n de las diferencias en la normativa de la UE y de Estados Unidos es la cuestiĆ³n clave en las conversaciones respecto al TTIP, que son las llamadas “barreras regulatorias”, tĆ©rmino que aparece en una gran mayorĆ­a de las reuniones. Por ejemplo, en una reuniĆ³n con el Foro de Servicios Europeos en febrero de 2013, un grupo de presiĆ³n dedicado a defender los servicios globales del Deutsche Bank, IBM y Vodafone, la ComisiĆ³n propuso varias opciones para la cooperaciĆ³n regulatoria como ‘compatibilidad’, ‘reconocimiento mutuo’ y “equivalencia”.
En otra reuniĆ³n en febrero de 2013, BusinessEurope (el lobby empresarial mĆ”s poderoso en Bruselas), ha destacado “su voluntad de desempeƱar un papel activo en las prĆ³ximas negociaciones, en particular en el frente normativo”. La ComisiĆ³n tomĆ³ nota de la importancia de la industria de la UE “presentando propuestas detalladas para hacer frente a las barreras regulatorias transatlĆ”nticas“.
Un documento filtrado de la UE del invierno de 2013 mostrĆ³ que la ComisiĆ³n propuso un Consejo Regulador en la CooperaciĆ³n UE-Estados Unidos [12], una estructura permanente que se crearĆ” como parte del acuerdo TTIP. El reglamento existente y futuro de la UE tendrĆ­a que pasar por una serie de investigaciones,  diĆ”logos y negociaciones en este Consejo. Esto harĆ­a que las decisiones sobre regulaciones se movieran en una esfera tecnocrĆ”tica, lejos del escrutinio democrĆ”tico. Las polĆ­ticas podrĆ­an ser presentadas al pĆŗblico como tratos hechos, los cuales se han llevado a cabo a puertas cerradas entre funcionarios pro-negocios y lĆ­deres empresariales. TambiĆ©n habrĆ­a evaluaciones de impacto obligatorias para la regulaciĆ³n propuesta, que serĆ” verificado por su potencial impacto en el comercio. ¿QuĆ© hay de la protecciĆ³n de la salud de las personas o si son buenos para el medio ambiente? Es un intento descarado de la introducciĆ³n de los productos genĆ©ticamente modificados en el mercado europeo, por poner un ejemplo.
Esto serĆ­a ideal para grandes grupos de presiĆ³n empresariales: la creaciĆ³n de un freno firme sobre cualquier nueva regulaciĆ³n progresiva en la primera etapa de la toma de decisiones.
Algunos de los principales jugadores que originalmente apoyaron el acuerdo incluĆ­a el sector de la biotecnologĆ­a, Toyota, General Motors, la industria farmacĆ©utica, IBM y la CĆ”mara de Comercio de los EE.UU., una de las empresas mĆ”s poderosas dentro de los grupos de presiĆ³n en los EE.UU.. Business Europe, la principal organizaciĆ³n que representa a los empleadores en Europa, puso en marcha su propia estrategia en la asociaciĆ³n econĆ³mica y comercial entre la UE y los Estados Unidos a principios de 2012 [13]. Sus sugerencias fueron ampliamente incluidas en el proyecto de la UE.
En el Ćŗltimo par de aƱos mĆ”s o menos, un nĆŗmero creciente de polĆ­ticos y grupos de ciudadanos han exigido que las negociaciones se llevaran a cabo de una manera abierta, sobre todo porque existe la preocupaciĆ³n de que el acuerdo abrirĆ” la puerta a los OMG (multinacionales de la alimentaciĆ³n, de la agricultura  y productores de semillas; que han tenido mĆ”s contactos con el departamento comercial de la CE que los grupos de presiĆ³n de la industria farmacĆ©utica, quĆ­mica, financiera y coche juntos [14]) y el gas de esquisto (fracking) en Europa, amenazando los derechos digitales y de mano de obra y facultarĆ”n a las empresas a impugnar legalmente una amplia gama de normas que les desagradan.
Uno de los aspectos clave de las negociaciones es que tanto la UE como Estados Unidos deben reconocer sus respectivas normas y reglamentos, que en la prĆ”ctica podrĆ­an reducir la regulaciĆ³n al mĆ­nimo comĆŗn denominador: Las conversaciones oficiales sobre el “reconocimiento mutuo” de las normas o la llamada reducciĆ³n de las barreras no arancelarias irĆ­an en detrimento de la regulaciĆ³n (mĆ”s fuerte) en la UE. Para la UE, podrĆ­a significar la aceptaciĆ³n de las normas de EE.UU. en muchas Ć”reas, incluyendo la alimentaciĆ³n y la agricultura, que son mĆ”s bajas que las de la UE.
Los EE.UU. quieren que todos los llamados obstĆ”culos al comercio, incluyendo las regulaciones altamente controvertidas, como las que protegen la agricultura, la alimentaciĆ³n o la privacidad de los datos, sean eliminadas. Incluso los lĆ­deres del ComitĆ© de Finanzas del Senado, en una carta al representante comercial estadounidense Ron Kirk, dejaron en claro que cualquier acuerdo debe tambiĆ©n reducir las restricciones de la UE sobre los cultivos modificados genĆ©ticamente, pollos clorados y la carne de vacuno tratada con hormonas [15].
Las demandas incluyen una “ambiciosa liberalizaciĆ³n de las barreras comerciales agrĆ­colas con el menor nĆŗmero posible de excepciones”. Del mismo modo, el grupo de presiĆ³n de los alimentos Food and Drink Europe, en representaciĆ³n de las mayores compaƱƭas de alimentos (Unilever, Kraft, NestlĆ©, etc), ha acogido con satisfacciĆ³n las negociaciones, donde una de sus principales demandas es la facilitaciĆ³n de la presencia de niveles bajos de los cultivos genĆ©ticamente modificados no aprobados. Se trata de una agenda de la industria de larga data en la que tambiĆ©n entran los grandes comercializadores de piensos y de granos, entre ellos Cargill, Bunge, ADM, y el lobby COPA-COGECA de los grandes agricultores. Mientras tanto, la industria de la biotecnologĆ­a en ambos lados del AtlĆ”ntico estĆ” ofreciendo su “apoyo y asistencia tanto a la UE y al gobierno de Estados Unidos para mejorar su relaciĆ³n comercial”. [13]
TambiĆ©n existe la modalidad de soluciĆ³n de las posibles controversias gobierno-empresa altamente contencioso. Ello permitirĆ­a a las empresas estadounidenses que invierten en Europa eludir los tribunales europeos y desafiar a los gobiernos de la UE en los tribunales internacionales cada vez que se encuentren con que las leyes en materia de salud pĆŗblica, protecciĆ³n del medio ambiente o social interfieren con sus ganancias. Las empresas de la UE que invierten en el extranjero tendrĆ­an el mismo privilegio en los EE.UU..
En todo el mundo, las grandes empresas ya han utilizado dichas disposiciones en los acuerdos comerciales y de inversiĆ³n para reclamar enormes sumas de dinero de los Estados soberanos en compensaciĆ³n. [16] Tribunales, que consta de grupos ad hoc de tres miembros a sueldo de un pequeƱo club de abogados privados plagados de conflictos de interĆ©s, que han concedido miles de millones de euros a las empresas, cortesĆ­a de los contribuyentes.
Las empresas de la UE y de Estados Unidos ya han utilizado estas demandas en todo el mundo para destruir cualquier competiciĆ³n o amenaza a sus beneficios, por ejemplo, el reto de la energĆ­a y la medicina sobre las polĆ­ticas verdes, la legislaciĆ³n antitabaco, las prohibiciones de productos quĆ­micos nocivos, restricciones ambientales en la minerĆ­a, las pĆ³lizas de seguro de salud y medidas para mejorar la situaciĆ³n econĆ³mica de las minorĆ­as.
Cualquier forma de intervenciĆ³n estatal vaya en contra del beneficio de las grandes empresas es considerado cada vez mĆ”s como una “barrera” para el comercio, un freno potencial de ganancias.
El TTIP estĆ”, por tanto, tambiĆ©n diseƱado para socavar la prestaciĆ³n de servicios del sector pĆŗblico. AsĆ­ es, el sector pĆŗblico se considera como una “barrera” tambiĆ©n. Las empresas privadas podrĆ­an acceder al mercado de la contrataciĆ³n pĆŗblica lucrativa bajo la bandera del libre comercio. Bien podrĆ­amos ver un festival de la privatizaciĆ³n irreversible, como ofertar la  licitaciĆ³n para realizar servicios del Estado a intereses privados estadounidenses. [17]
Un informe publicado por el Seattle to Brussels Network (S2B) revelĆ³ los verdaderos costos humanos y ambientales del acuerdo propuesto. “A Brave New Transatlantic Partnership“[18] puso de relieve que las promesas de crecimiento del PIB de hasta el uno por ciento y la creaciĆ³n masiva de empleos como resultado de la operaciĆ³n comercial de la CE no fueron apoyadas incluso por sus propios estudios, que predicen una tasa de crecimiento de sĆ³lo el 0,01 % del PIB en los prĆ³ximos diez aƱos y la posible pĆ©rdida de puestos de trabajo en varios sectores econĆ³micos, como la agricultura.
El informe tambiĆ©n explica cĆ³mo las empresas estĆ”n presionando a los negociadores a utilizar el acuerdo para debilitar la seguridad alimentaria, el trabajo, la salud y medio ambiente; asĆ­ como socavar los derechos digitales. Los intentos de fortalecer la regulaciĆ³n bancaria en el contexto de la crisis financiera tambiĆ©n podrĆ­an verse en peligro ya que el lobby financiero utiliza las negociaciones comerciales secretas para deshacer las reformas financieras, como las restricciones sobre el valor total de las transacciones financieras o la forma jurĆ­dica de sus operaciones.
Cuando el informe fue publicado, Kim Bizzarri, el autor del informe, argumentĆ³:
“Los grandes lobbies empresariales en ambos lados del AtlĆ”ntico ven las negociaciones comerciales secretas como un arma para deshacerse de las polĆ­ticas destinadas a proteger a los consumidores europeos y estadounidenses, los trabajadores y nuestro planeta. Si su lista de deseos corporativa se implementa, se concentrarĆ” aĆŗn mĆ”s el poder econĆ³mico y polĆ­tico en manos de una pequeƱa Ć©lite, dejando a todos sin protecciĆ³n contra las malas acciones corporativas”.
TTIP en el contexto
A pesar de que los principales medios de comunicaciĆ³n corporativos presentan con soltura el TTIP como una receta bien pensada para el libre comercio, la creaciĆ³n de empleo y el crecimiento econĆ³mico, aunque con algunos problemas tĆ©cnicos de menor importancia, tales afirmaciones anteriormente descritas no se comentan. El TTIP es un mandato para el saqueo corporativo, la elusiĆ³n de los procedimientos democrĆ”ticos y la erosiĆ³n de los derechos de la gente comĆŗn y la soberanĆ­a nacional. Representa una agenda pro-privatizaciĆ³n que consagra los privilegios de las corporaciones mĆ”s poderosas del mundo a expensas de la gente comĆŗn.
La gente comĆŗn quiere que las poderosas corporaciones deban rendir cuentas. Quieren prĆ”cticas comerciales reguladas por representantes electos y funcionarios pĆŗblicos con el fin de proteger el bien pĆŗblico. Sin embargo, el por quĆ© tantas personas siguen colocando alegremente tal confianza en ciertas instituciones de la UE se extiende a la imaginaciĆ³n: la democracia en la UE se ha vendido al mejor postor; la CE es un criado en cautividad dispuesta de una agenda corporativa [8]. Y ahora el TTIP presenta una oportunidad ideal para que las empresas gobiernen a travĆ©s de polĆ­ticas totalmente impopulares.
En Ćŗltima instancia, el TTIP podrĆ­a dibujar una Europa aĆŗn mĆ”s cerca a los EE.UU. y consolidar el poder de los intereses financieros de unas mismas empresas anglo-estadounidenses que se centran en la City de Londres y Wall Street. Si los eventos que rodean Ucrania nos dicen algo, es que estos intereses han sido fundamentales para crear una separaciĆ³n entre Europa y Rusia para evitar una alineaciĆ³n econĆ³mica mĆ”s estrecha entre los dos. Mediante la colocaciĆ³n de las sanciones econĆ³micas en Rusia y, de acuerdo con el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, la UE estĆ” obligada a ir junto con ellos, el comercio de Europa con Rusia se verĆ” afectado, un incentivo para que Europa “abrace” el el TTIP.
Es, pues, parte del plan de un juego geopolĆ­tico mĆ”s amplio para debilitar Europa Occidental y dividir el continente europeo para marginar a Rusia. Mientras que el TTIP puede parecer que no tiene nada que ver con lo que estĆ” sucediendo en Ucrania o en Siria, debe ser considerado como una pieza mĆ”s en la rueda para cimentar la hegemonĆ­a global y debilitar a Rusia [19].
Notas:
Escrito por nuestro colaborador antonio fernandez
Con Pagina Web : Conjugando adjetivos


Informa: http://laeradeaquario.blogspot.com.es
Fuente: http://laverdadconspiranoica.com

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